El proyecto desarrolla una intención de intimidad, generando un ambiente de contención, donde los ocupantes pueden escapar y disfrutar de una experiencia similar a la de un hotel.
Ambientes amplios y materiales nobles, texturas cálidas, colores oscuros.
La planta otorga mucha libertad de movimiento, naturalidad y confort, entendiendo las necesidades del ser, sin perder el estilo y la personalidad del espacio en su totalidad.




Trabajamos en un recorrido, una composición lineal de uso donde existe una secuencia y una relación al recorrerlo.

La materialidad de este vestidor responde a su entorno: Un refugio hotelero.
Las puertas son 100% cuero y 100% reciclado. los interiores combinan enchapado en madera y melamina

En el centro de la escena, y detrás de un par de puertas que se abren y se esconde, el vestidor esconde un secreter, un espacio tocador.




